Eran las cuatro y media de la tarde, Susana salía del cole y en la puerta estaba su madre esperándola. Nada más salir, como cada día, se montaron en el coche para ir a casa. Mientras iban de camino, Susana comenzó a hablar.
-Mama.
-¿Qué? -Preguntó su madre.
-Ya sé lo que quiero ser de mayor... ¿sabes el qué?
-No, no lo sé, ¿qué quieres ser?
-Pues quiero ser Rey.
-¿Rey? -su madre la miró con curiosidad -¿Y por qué quieres ser Rey?
-Pues porque es quien más manda, y como hay tantos problemas, pues podría arreglarlos.
-Ah, muy bien hija, ¿pero sabes lo que tienes que hacer para ser Rey?
-No... ¿qué hay que hacer?
-Pues tienes que ser hijo del Rey de ahora, y cuando él se muera, pues ocupas su puesto.
-Ah, pero papá y tú no sois reyes, entonces, ¿cómo lo hago?
-Pues creo que no podrás ser Rey entonces, y menos siendo chica.
-¿No? Pues me parece muy injusto, ¡habría que cambiarlo!
-Sí, ¿pero sabes qué?
-¿Qué?
-Que podrías ser Reina.
-Ah, ¿si? -Susana se interesó de repente por lo que su madre le decía -¿Y qué tengo que hacer?
-Pues la reina es la mujer del Rey, así que tendrías que conocer a su hijo el príncipe, estar guapa y tratarle muy bien para hacerte su novia, así serías la princesa, y cuando el príncipe fuera Rey, tu serías la Reina.
-Ahm... -Susana se quedó pensativa unos instantes -Creo que no quiero ser Reina, mamá. Pero sigo queriendo ser Rey.
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sábado, 26 de mayo de 2012
martes, 8 de mayo de 2012
Son tontos
En el pueblo de Landia existe la costumbre, desde hace muchos años, de que cada 1 de Mayo, día de los y las trabajadoras, los padres y madres hacen algún regalo a sus hijos e hijas. Así, al día siguiente en el colegio, los niños y niñas cuentan en qué trabajan sus padres y madres y qué les han regalado.
-Empezaremos por ti, Iván, ¿qué te han regalado y en qué trabaja tu padre o tu madre? -preguntó la profesora.
-Pues me han regalado unas zapatillas de correr porque mi mamá es atleta, entrena en las pistas del pueblo y ha ganado muchos premios.
-Muy bien. Laura, ahora te toca a ti.
-A mí me han regalado una videoconsola, muy buena, ya que mi padre gana mucho dinero porque es el dueño del banco del pueblo. Y en el banco, la gente deja su dinero para que lo guardemos y mi padre se lo deja a otras personas que luego le devuelven más dinero del que les presta.
-Ah, muy bien Laura. Te toca, Alberto.
-Pues mi padre me ha traído un balón de cuando Leo Messi vino a jugar al campo de fútbol del pueblo, porque mi padre es el alcalde de aquí y el jefe del Partido de Pies Sucios y Orejas Enormes que ganó las elecciones.
-Perfecto. Es tu turno, Nuria.
-Mi papá es el jefe de la empresa constructora del pueblo, y gana mucho dinero mandando a los obreros construir cosas en el pueblo. Mi mamá me ha regalado una casa para las muñecas.
-Genial Nuria. Ahora le toca... -la profesora miró a Luisa, que debía ser la siguiente y vio como se ponía a llorar de repente -. ¿Qué te ocurre, Luisa?
-Nada profe, es que mi madre y mi padre son tontos.
-¿Pero por qué? -preguntó extrañada la profesora.
-No me han regalado nada...
-Pero eso no significa que sean tontos, ahora con la crisis no hay tanto trabajo y a lo mejor no tenían dinero -respondió intentando tranquilizar a Luisa.
-No, profe, si por eso digo que son tontos.
-¿Por qué? -volvió a preguntar, más extrañada si cabe, la profesora.
-Porque mi padre y mi madre trabajan los dos todo el día, pero dicen que no tienen dinero para regalarme nada y luego les hacen regalos a todos ellos -dijo Luisa mientras señalaba a sus compañeras y compañeros.
-¿A ellos? -preguntó la profesora, que no daba crédito a lo que oía.
-Si, porque verás, profe. Mi padre y mi madre se pasan el día trabajando en la empresa del padre de Nuria, son de los obreros que construyen las cosas para que su padre gane dinero. Mi madre trabajó para construir las pistas de atletismo para que entrene la madre de Iván y gane dinero. Mi padre estuvo pegando carteles y votó al Partido de Pies Sucios y Orejas Enormes para que el padre del Alberto fuera alcalde y ganase dinero. Y por si fuera poco, el dinero que ganan mi padre y mi madre se lo llevan al banco del padre de Laura porque dicen que si no, nos pueden quitar la casa. Y claro, ahora descubro que es para que el padre de Laura gane dinero. Así que mi padre y mi madre deben de ser un poco tontos, ya que trabajan todo el día para que el resto sean los que se lleven su dinero.
-Empezaremos por ti, Iván, ¿qué te han regalado y en qué trabaja tu padre o tu madre? -preguntó la profesora.
-Pues me han regalado unas zapatillas de correr porque mi mamá es atleta, entrena en las pistas del pueblo y ha ganado muchos premios.
-Muy bien. Laura, ahora te toca a ti.
-A mí me han regalado una videoconsola, muy buena, ya que mi padre gana mucho dinero porque es el dueño del banco del pueblo. Y en el banco, la gente deja su dinero para que lo guardemos y mi padre se lo deja a otras personas que luego le devuelven más dinero del que les presta.
-Ah, muy bien Laura. Te toca, Alberto.
-Pues mi padre me ha traído un balón de cuando Leo Messi vino a jugar al campo de fútbol del pueblo, porque mi padre es el alcalde de aquí y el jefe del Partido de Pies Sucios y Orejas Enormes que ganó las elecciones.
-Perfecto. Es tu turno, Nuria.
-Mi papá es el jefe de la empresa constructora del pueblo, y gana mucho dinero mandando a los obreros construir cosas en el pueblo. Mi mamá me ha regalado una casa para las muñecas.
-Genial Nuria. Ahora le toca... -la profesora miró a Luisa, que debía ser la siguiente y vio como se ponía a llorar de repente -. ¿Qué te ocurre, Luisa?
-Nada profe, es que mi madre y mi padre son tontos.
-¿Pero por qué? -preguntó extrañada la profesora.
-No me han regalado nada...
-Pero eso no significa que sean tontos, ahora con la crisis no hay tanto trabajo y a lo mejor no tenían dinero -respondió intentando tranquilizar a Luisa.
-No, profe, si por eso digo que son tontos.
-¿Por qué? -volvió a preguntar, más extrañada si cabe, la profesora.
-Porque mi padre y mi madre trabajan los dos todo el día, pero dicen que no tienen dinero para regalarme nada y luego les hacen regalos a todos ellos -dijo Luisa mientras señalaba a sus compañeras y compañeros.
-¿A ellos? -preguntó la profesora, que no daba crédito a lo que oía.
-Si, porque verás, profe. Mi padre y mi madre se pasan el día trabajando en la empresa del padre de Nuria, son de los obreros que construyen las cosas para que su padre gane dinero. Mi madre trabajó para construir las pistas de atletismo para que entrene la madre de Iván y gane dinero. Mi padre estuvo pegando carteles y votó al Partido de Pies Sucios y Orejas Enormes para que el padre del Alberto fuera alcalde y ganase dinero. Y por si fuera poco, el dinero que ganan mi padre y mi madre se lo llevan al banco del padre de Laura porque dicen que si no, nos pueden quitar la casa. Y claro, ahora descubro que es para que el padre de Laura gane dinero. Así que mi padre y mi madre deben de ser un poco tontos, ya que trabajan todo el día para que el resto sean los que se lleven su dinero.
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